Las Fiestas y Tradiciones en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca: Una Celebración Viva de Identidad y Comunidad
1. Introducción a las Fiestas de Juchitán: Donde la Tradición Vive
Juchitán de Zaragoza, enclavado en el corazón del Istmo de Tehuantepec, no solo es conocido por su historia y cultura zapoteca, sino también por sus intensas, largas y profundamente significativas celebraciones. Las fiestas tradicionales en esta región no son meros eventos del calendario; son expresiones vivas de una identidad comunitaria que resiste al olvido y al tiempo.
Desde el primer compás de una banda local, pasando por la preparación minuciosa de platillos típicos, hasta los vibrantes desfiles y rituales religiosos, cada elemento tiene un propósito: honrar a los antepasados, celebrar la vida y fortalecer los lazos comunitarios.
Juchitán no festeja de forma casual. Aquí, celebrar es una manera de vivir, una expresión de resistencia cultural y una reafirmación colectiva. Entre todas las celebraciones destaca una por encima del resto: Las Velas, una serie de fiestas que se celebran principalmente de mayo a septiembre, organizadas por barrios, familias y gremios.
El impacto de estas festividades trasciende la región. Periodistas, antropólogos, cineastas y turistas se ven cautivados por el poder simbólico y sensorial de estas fiestas. Pero para los juchitecos, no es un espectáculo: es su historia, su presente y su legado.
Las Velas: Corazón Festivo del Pueblo Zapoteca
Las Velas son sin duda el alma de las festividades juchitecas. Esta serie de celebraciones tiene lugar durante varios meses, comenzando en mayo y prolongándose hasta septiembre, con diferentes barrios y grupos sociales como anfitriones. Cada vela es organizada con esmero y representa no solo la devoción religiosa hacia un santo patrono, sino también una reafirmación cultural.
Cada Vela tiene su nombre, su historia y su estilo. Desde la Vela de San Vicente Ferrer —el patrón del pueblo— hasta velas organizadas por sectores gremiales o comunidades como los muxes, estas fiestas incluyen misas, procesiones, música, baile y banquetes.
Tal como lo has descrito:
Las Velas no son solo fiestas, son una expresión de la identidad y la cohesión social de Juchitán. Cada vela es organizada por una familia o un grupo, quienes se encargan de la música, la comida y la bebida.
Este detalle revela la base comunitaria de la organización: nadie cobra entrada, y todos aportan algo. La preparación de la vela comienza semanas antes, con reuniones, decoraciones, encargos, preparación de trajes y ensayos musicales. El día del evento, la fiesta inicia con la misa, seguida de un banquete y finalmente un baile donde la música de banda invita a todos a participar.
Las Velas no conocen de clases sociales. Son un momento de encuentro entre lo sagrado y lo festivo, lo tradicional y lo contemporáneo. Y es allí donde se celebra la unidad zapoteca en su máxima expresión.
¿QUÉ SON LAS FAMOSAS VELAS PARA EL ISTMO?
son mucho más que simples fiestas; son las celebraciones comunitarias y patronales más importantes y arraigadas de la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec. Se consideran el corazón de la identidad juchiteca y un símbolo de orgullo para sus habitantes.
Las Regadas de Juchitán de Zaragoza Oaxaca:
las regadas son la alegre continuación diurna de esa celebración. Son eventos festivos que se llevan a cabo generalmente al día siguiente de la “vela” principal, aunque pueden extenderse por varios días, manteniendo el espíritu festivo en las calles y plazas de la ciudad, el significado de las regadas en Juchitán es cuando una persona que se encuentra mal estado hace una promesa a su “Dios” por una pronta recuperación tanto como de salud o económicamente, esta hermosa tradición surgió cuando una persona se encontraba mal de salud, quiso prometer que daría una gran fiesta si se recuperará, entonces fue asi como surgieron las famosas “Velas” y “Regadas” En el Istmo.
Los caballos en las Regadas:
Durante las regadas, es común observar a hombres montando a caballo. Estos jinetes suelen vestir sus mejores galas, a menudo con guayaberas blancas y pantalones oscuros, complementados con pañuelos de colores vivos y sombreros.
Caballos Adornados: Los caballos no se quedan atrás en cuanto a vestimenta festiva. Se les adorna con vistosas flores de papel de diversos colores, que pueden ir en sus crines, colas y a lo largo de sus cuerpos. A veces también llevan listones y otros adornos llamativos.
Conoce a nuestro testigo, Paisana de Juchitán, la señora Na’ Vicenta Coco
La señora Na’ Vicenta coco es originaria paisana del istmo de Tehuantepec, lleva viviendo más de 20 años en la región, conocida por su gran apodo “Vicenta Coco”, mujer que salió adelante con su familia, a pesar sin tener estudios, logró progresar y tener su propia casa, mujer digna de valorar, conoce un poco de su historia de esta gran paisana.
El Papel de la Comunidad Muxe en las Celebraciones
Juchitán es un ejemplo único de diversidad cultural y de género en México. Aquí, la comunidad muxe’ —personas asignadas hombres al nacer que adoptan roles tradicionalmente femeninos en la sociedad zapoteca— no solo es reconocida, sino que desempeña un papel clave en la vida comunitaria y festiva.
En el marco de las Velas, la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro es una de las más emblemáticas y visibiliza con orgullo la cultura muxe.
Tal como relataste:
Un elemento distintivo de estas festividades es la presencia y el reconocimiento de la comunidad muxe’, quienes tienen su propia vela y participan activamente en todas las celebraciones, enriqueciendo aún más la diversidad cultural de Juchitán.
Durante estas celebraciones, los muxes se presentan con atuendos tradicionales, derrochando elegancia y carisma. Se encargan de organizar parte del evento, cuidar los rituales y participar en el baile. Su presencia es una afirmación de que la identidad zapoteca no se limita a una concepción binaria del género, sino que es profundamente inclusiva.
Lejos de ser marginalizados, los muxes son valorados como organizadores, líderes sociales y referentes culturales. Su vela se ha convertido también en una plataforma para promover el respeto, la tolerancia y la celebración de la diversidad en un contexto tradicional.
Vestimenta, Música y Danza: El Arte de la Identidad Juchiteca
Hablar de las fiestas en Juchitán sin mencionar sus trajes típicos, su música y sus danzas sería incompleto. La vestimenta es una obra de arte: las mujeres visten enaguas bordadas, huipiles de flores, collares dorados y peinados de moños elegantes, mientras que los hombres portan guayaberas blancas y sombreros finos, conformando una estampa que mezcla elegancia, orgullo étnico y respeto por la tradición.
Lo narras con belleza:
Imagínate las calles llenas de coloridos trajes regionales: las mujeres tehuanas con sus elegantes enaguas y huipiles, y los hombres con sus guayaberas blancas. La música de banda resuena por todo el pueblo, invitando a bailar los sones istmeños.
Esa música, esos “sones istmeños”, tienen un poder evocador. Se interpretan en vivo por bandas que acompañan tanto las procesiones como los bailes. Las danzas no son coreografías rígidas, sino expresiones espontáneas de alegría colectiva, donde niños, ancianos, muxes, mujeres y hombres bailan como si cada nota reafirmara su identidad.
El vestuario, lejos de ser un simple ornamento, es un símbolo de resistencia cultural. Cada bordado tiene una historia; cada tela fue elegida con intención. Y en cada paso de baile, en cada canción interpretada, se manifiesta el orgullo zapoteca.
La Comida como Lenguaje de Comunidad
Si algo distingue a las fiestas juchitecas, además del color y la música, es la comida compartida con generosidad. La cocina del Istmo es rica, variada y profundamente simbólica.
Tú lo expresaste de forma muy clara:
La comida es abundante y compartida por todos; se preparan platillos tradicionales como tlayudas, tamales de iguana y una gran variedad de botanas.
Durante las Velas, los alimentos se preparan en grandes cantidades. Las mujeres cocinan desde la madrugada, y no es raro ver a toda una familia preparando tlayudas, guisos de mariscos, tamales de elote o de iguana (una tradición ancestral), panes caseros y dulces típicos.
También hay bebidas especiales: el mezcal, símbolo de celebración y respeto, y la cerveza, que circula libremente como muestra de hospitalidad.
Los hombres suelen llevar cerveza o mezcal para compartir, mientras que las mujeres contribuyen económicamente.
Esta lógica comunitaria de aportar y compartir se refleja en cada gesto, desde los saludos hasta los platos servidos. Comer juntos no es solo nutrirse: es reafirmar los lazos familiares y sociales que dan vida a estas celebraciones.
Más Allá de Las Velas: Otras Tradiciones de Juchitán
Aunque Las Velas son las fiestas más conocidas, Juchitán celebra mucho más que eso. Las procesiones religiosas, las ferias, las ceremonias familiares y las prácticas artesanales también forman parte esencial del paisaje cultural.
Además de Las Velas, existen otras tradiciones importantes, como las procesiones religiosas y la elaboración de artesanías como los huaraches, los estandartes y las figuras de barro, que también forman parte del rico patrimonio cultural de Juchitán.
Las procesiones acompañan muchas veces a las fiestas, con imágenes de santos llevadas por las calles, seguidas de rezos, cantos y cohetes. Los altares se decoran con flores y veladoras, creando un ambiente de fe colectiva.
Por otro lado, la artesanía local está profundamente ligada a estas festividades. Los huaraches de cuero, los estandartes bordados, los collares de cuentas y las figuras de barro no solo se venden: se usan y se viven durante cada fiesta. Muchos de estos objetos son creados especialmente para las celebraciones, y luego atesorados como recuerdos familiares.
Así, incluso fuera de la temporada de Velas, Juchitán vibra con una actividad cultural constante que refuerza su identidad zapoteca y su conexión con lo sagrado, lo festivo y lo artesanal.
El Significado Social de la Fiesta: Comunidad, Orgullo y Resistencia
Las fiestas de Juchitán no se entienden sin la dimensión colectiva. En un mundo que a menudo aísla y fragmenta, la comunidad juchiteca se mantiene unida a través del ritual, la música y el afecto. Cada celebración refuerza una red social donde cada persona tiene un lugar y una función.
Es una muestra de la generosidad y el espíritu comunitario del pueblo juchiteco.
Aquí no se trata de aparentar, sino de participar. Desde el que ayuda a montar las carpas, hasta el que dona ingredientes para la comida, pasando por los músicos y los que rezan: todos contribuyen con lo que pueden, y eso es lo que hace fuerte a Juchitán.
Pero también hay una resistencia implícita. La fiesta juchiteca ha sobrevivido a terremotos, conflictos sociales, discriminación y políticas públicas adversas. Cada celebración es una afirmación de que la cultura zapoteca no solo sigue viva, sino que sigue creciendo, evolucionando y celebrando.